miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Miedo.

Nunca estás preparado.
Aunque sabes que tiene que llegar.
Que un día llegará y te devorará de un sólo mordisco.
Que es peor que la muerte, porque la muerte te lleva, al menos.
Él te deja aquí. Temblando.
Porque cuando llega, siempre vuelve.
El Miedo.


Yo supe que había llegado.
Que era el Miedo.
Te acostumbras mal.
Y según pasan los años y no llega, crees que eso no va contigo.
Que sólo ataca a los demás.
Que estas vacunado.
Te acostumbras mal.
Sabes que caen.
Que golpeas y que caen.
Que tambien recibes lo tuyo pero es justo, un trueque, un comercio leal en el que ambas partes pierden pero siempre hay una que cree haber ganado algo. Da igual que sea en el ring, en una pelea callejera, o durante una detencion en la que el matón de turno ha visto demasiadas películas de kárate; sabes que perderás unas peleas y ganarás otras, te acuerdas poco de las que pierdes y te averguenzas de las que ganas.
Si caen, te sientes vacío.
Si caes tú, te levantas y vuelves a intentarlo.
Aunque sea otro día, con otro contrincante. O con el mismo.
Siempre tienes una oportunidad.
Hasta que llega El Miedo.
Con él no tienes nada que hacer y lo sabes desde el principio.
Pero pegas igual, porque estás mal acotumbrado.

4 comentarios: